Es un término que leí en la presentación del periódico Publico y que me gustó. Los políticos, los medios de comunicación y nosotros mismos, la gente de la calle, tenemos la mala costumbre de calificar a las personas en «izquierdas», «derechas» (también llamadas de centro, juajuajua).
Yo siempre he tendido más a la izquierda. Más que nada porque me crié en un ambiente de trabajadores, hasta el cura que me daba la catequesis era obrero. Un cura obrero, de los que tienen su trabajo con el que se ganan la vida. Y las donaciones de los fieles exclusivamente para caridad. Puff, cualquiera ve esto en España.
En un ambiente de españoles exiliados pero donde jamás se habló de rencor sino de pena. Pena por lo ocurrido, pena por los que se quedaron en los campos de concentración que jamás existieron y pena por no poder criar a sus hijos en su propio pais.
He visto odio en los ojos de los fascistas. Odio por lo que regresamos, odio por lo que representamos. Pero por mi parte no hay odio aunque si un franco desprecio por ellos. Para que lo voy a negar!!
Si tuviera que definirme políticamente diria que soy comunista, como mi abuelo. Pero eso no cuadra con mi participación en las distintas elecciones en las que he participado desde que soy mayor de edad.
He votado a la izquierda,
He votado socialista,
He votado a la derecha,
He votado al Foro Andaluz
Y me he abstenido de votar como protesta cuando así lo he querido.
Por eso creo que lo que mejor me define hoy en día es: Demócrata.
Porque voto con la cabeza y no con el corazón,
porque mi voto es el acto final de una reflexión sobre el mundo que me rodea,
porque reniego de la afiliación, del voto fijo porque es de toda la vida y de los que defienden una opción política como si en ello les fuera la vida.
El mundo iría mejor si los políticos no tuvieran las bases fijas que tienen hoy por hoy, al igual que un trabajador con un mal contrato, sentirían en las elecciones como se juegan el puesto. Hoy por hoy, gane quien gane, ninguno de nuestros políticos se planteará su continuidad. Aunque no se lleve un sólo voto.
A veces olvidamos que la democracia no es la liga de campeones y que uno vota para mejorar el país y no para demostrar que está políticamente orientado a un lado manque pierda.