La navidad del 2009, cansado de las limitaciones de Symbian, me decidí a probar Android. Una mezcla de Linux y Google, eso pintaba muy bien así que me compré una HTC Tattoo y la verdad es que me fui muy contento. Sin embargo las cosas fueron cambiando rápidamente, Android fue actualizando versiones (recordemos que la HTC Tattoo lleva la 1.6, la segunda versión en comercializarse) y mi terminal se fue quedando atrás. En menos de un año mi teléfono era una antigualla. Era la más agresiva y ruin obsolencia programada que había visto aunque tampoco me sorprendió, hace años que los móviles nos duran menos que las barras de pan. El tema es que hace unos meses que comenzaron a fallar varias funciones de mi Tattoo y no le encontraba remedio. El terminal cada vez iba más lento, la cámara fallaba, ya no podía ver vídeos como no fuera descargandolos con tubematey no siempre funcionaba. Sin contar la visita este verano al servicio técnico:
bajada a los infiernos
Mi movil se apaga y ya no quiere funcionar. Un mes para una reparación y encima vuelve con otro fallo distinto, la pantalla táctil no está ajustada, así que debo volver a enviarlo y así en dos ocasiones más que suman aproximadamente 3 meses sin mi Android. Así pues, ya tenía que estar mirando nuevos terminales hasta que me topé con éste artículo de Androidsis y aunque el tema me dio esperanza la técnica me parecía un follón de tres pares. No era para tanto…
Rooteando y actualizando por mi cuenta (y riesgo)
Hace unos días mi Android era ya más un ladrillo que un smartphone así que me decidí a confiar en Cyanogen y aquí está mi Tattoo, funcionando a la perfección con el último androide. Como podeis ver en el pantallazo que adjunto mi Tattoo (llamado también HTC Click) ya funciona con Android 2.3 Gingerbread y eso que dice HTC que se pierde la experiencia del usuario es una gran mentira. Lo que se pierde es la experiencia de venderle un nuevo teléfono al mismo cliente y la experiencia del cliente de gastar más dinero para obtener lo que ya tenía…
A mi no me importa estar a la última, lo único que quiero es tener un cacharro operativo y que no me engañen. Hacernos creer que nuestros móviles están muertos simplemente para colocarnos un nuevo aparato que hace las mismas funciones es francamente despreciable.
Lo primero que hice pues es hacerme con la administración de mi dispositivo. No entiendo aún porqué los operadores nos lo niegan, es como si te compraras un coche y te impidieran cambiar la tapicería o pintarlo de otro color. Vale, algunas veces sería deseable, pero entonces no sería del todo tu coche. Por ahí leí que lo hacen para que no la cagues. Me parece una excusa bastante tonta, ¿cuanta gente estrena su pc borrando archivos esenciales?
Hacerte root implica perder la garantía
¡Por todos los dioses! ¿Y eso es un problema?
Mi Tattoo sólo tuvo una avería desde que lo compré hasta pasados seis meses (un cuarto del tiempo de garantía). Tardaron un mes y medio en devolvermelo con la pantalla mal ajustada, lo volví a envíar y volvió a tardar otro mes. A las 48 horas de recogerlo reparado por segunda vez, mi Tattoo se apagó para no volver a encenderse.
Además de enviarlo al servicio técnico, fui a poner una reclamación en la central de Vodafone en Jaén, cuando dije que quería el libro de reclamaciones me hicieron esperar una hora mientras atendían a los demás clientes. Al ver que yo no desistía parece que se apiadaron de mi y el libro de reclamaciones apareció como por arte de magia.
Esta vez la reparación sólo duró quince días. Vodafone me descontó 4 euros en las tres facturas siguientes por las molestias (ya soy un poco más rico y ellos más pobres, lástima). Así pues, quedándome cinco meses de «garantia» y a sabiendas de las soluciones que me ofrece Vodafone,
¿iba a esperar que mi Tattoo continuara su metamorfosis a pisapapeles?
Gingerbread va como la seda, gracias Cyanogen
Siguiendo el rastro de las noticias sobre CyanogenMod 7 llegué a este hilo del foro htcmania y actualizar el sistema operativo de mi móvil resultó algo bastante más sencillo de lo que yo creía. Tras un par de fallos en la instalación me asusté un poco pero la aplicación ROM Manager, instalada previamente, me permitió recuperar la ROM original cada vez y a la tercera, como en los cuentos, apareció Gingerbread.
Mi terminal vuelve a tener la fluidez de los primeros días y puedo ejecutar aplicaciones que antes se atascaban (supuestamente por la falta de potencia del procesador) . Incluso funciona, y bien, con fondos animados. Puedo instalarle aplicaciones nuevas, como el navegador Dolphin HD que no funciona en Android 1.6 (el SO original de la Tattoo) y seguir teniendo fluidez en las aplicaciones.
En definitiva, tengo claro que mi próximo terminal lo rotearé nada más comprarlo y sin dudar. Tan claro como que no será con Vodafone.