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Realicé esta fotografía hace unos días. Aprovecho un hueco para publicar aquí la historia.
Yo iba de viaje por la autovía que une Linares con Bailén y decidí hacer una parada para estirar las piernas. Elegí detener mi coche cerca de una fábrica abandonada y darme un paseo por la historia de la revolución industrial. Cuando volvía para incorporarme a la autovía los vi, dos árboles gigantescos a los que habían quemado el tronco.
La imagen de los troncos perforados y a pesar de ello los árboles manteniéndose en pie sobre restos calcinados me animó a tomar fotografías de aquello.
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Como se puede apreciar en las fotos, el fuego fue a todas luces intencionado y realizado en varias ocasiones, destruyendo poco a poco el interior del tronco. Si hubiera sido un fuego fortuito no hubiera llegado tan profundo, si hubiera sido un gran incendio habría alcanzado las ramas más bajas pero no es el caso.
¿Pero quien puede ser tan desalmado como para disfrutar con esto? Estos árboles están alejados de viviendas y otras construcciones. Tampoco están en una vía de paso ni en una explotación agraria. ¿Que molestia pueden suponer para que alguien se entretenga así?
Me parece una historia triste. Triste para la naturaleza, deleznable para la persona o personas que encontraron divertido destruir dos árboles.
Y triste sobre todo porque al igual que aquel dicho filosófico, nadie les oirá cuando, vencidos, caigan al fin.
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| De fábrica abandonada y árboles quemados |
Más fotos de la barbarie y de la fábrica, aquí:
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| fábrica abandonada. |
El Noveno Mapache 