Las otras caras de la emigración: Arantxa y Paula

Hola,

Yo también formo parte de ese gran numero de personas que vivía por encima de mis posibilidades, con una, nomina de 700 euros y 1000 de mi pareja habíamos conseguido un préstamo del 110%. La casa nos costaba 175.000 euros pero nos dieron 210.000 ( para amueblarla, para un capricho … 😉 ).

Arantxa y Paula

La hipoteca en 2 años nos subió a 1350 euros al mes, una cantidad que es capaz de romper hasta el mas sólido de los matrimonios, pero… ¿como separarse si pagar un alquiler y la mitad de la hipoteca no es posible?

Decidí intentar afrontar los gastos yo sola, intentar conservar la casa que habíamos comprado con ilusión para que nuestra hija creciera en ella. Gran error!!!

Con 1350 euros de hipoteca al mes, 500 euros de niñera para poder trabajar empecé a malvivir, los principios de mes se convertían automáticamente en finales . Menos mal que una vez mas están nuestros padres para poder ayudarnos en esta lucha constante que es vivir. Intenté buscar algún tipo de ayuda del estado por hijo a cargo, por familia monoparental… pero con una nómina de 700 euros me rechazaron la ayuda de hijo a cargo porque me pasaba de 50 euros en el baremo que ellos habían estimado.

Después de 2 años «robando» comida en el restaurante donde trabajaba para poder comer en casa decidí que ya no podía mas, que debía buscar esa solución drástica que nos devolviera la felicidad a mi hija y a mi.

Fui al banco, le dije a mi banquero que no podía mas, que o se quedaba con la casa o dejaba de pagarla, que menos mal que trabajaba en un restaurante y podía comer, porque si trabajara en una oficina los folios y los clips eran mas indigestos .

La respuesta de mi banquero fue que el no había oído nada , que yo había firmado un contrato y los contratos se cumplen. Sobre el principio estamos de acuerdo , los contratos están para cumplirse, ¡pero no a cualquier precio! ¡Y a mi me estaba costando la salud!

La crisis empezaba a instalarse en España y vi en ello la oportunidad de salir de ese agujero negro, durante unos meses dejé de pagar la hipoteca hasta que tuve la suerte de negociar la dación en pago. Tasaron la casa 50.000 euros mas baja de lo que aun se debía pero se comieron ellos la deuda por estar dentro de los baremos estipulados una vez mas por ellos mismos.

Me quedé a cero, sin deuda ninguna 🙂

Todo lo vivido me hizo reflexionar, la vida me estaba dando una segunda oportunidad y no podía dejarla escapar. Un día recibí la llamada de mi hermana ( ella vive en Francia desde hace 15 años, cuando Francia llamó a enfermeras españolas):

– Ven!!! Vente aquí !!! aquí el Estado nunca te dejara tirada !! Con tu diploma de auxiliar de enfermería tienes todas las puertas abiertas!!

¿Porqué no? pensé… Total no tenia nada que perder, la niña tenía 5 años y era el momento ideal para hacerlo. Dicho y hecho, en pocos meses arreglé los papeles que me hacían falta y me despedí de todos.

Me acuerdo perfectamente de una frase que me dijo Paula (mi hija) al verme llorar al despedirme de nuestros amigos:

– Mama, ¿por que lloras si nos vamos a buscar una vida mejor?

Ufff , que chute de fuerza viniendo de algo tan pequeñito !!!

Llenamos el coche solo con lo mas prescindible, metí nuestra ropa en bolsas de basura para poder apilar mas y mejor, unos cuantos juguetes (entre ellos los disfraces de princesa, porque ahora si, por fin íbamos a disfrutar de una vida digna), y el ordenador (durante meses seria mi solo contacto con amigos y familia).

El primer mes de llegar a Francia te sientes un poco desubicado, entre los cambios de horarios y que no entiendes mucho cuando te hablan… La adaptación de Paula en el colegio fue una maravilla, le pusieron desde la segunda semana una profesora de refuerzo para ayudarla con el cambio de idioma.

Yo empecé a trabajar al mes y medio de llegar aquí, mi nivel de francés era muy bajo pero nunca le he tenido miedo ni al trabajo ni al ridículo (no me considero mas tonta que el vecino). Ese pequeño acento es lo que nos hace diferentes y especiales (eso me decían las personas mayores con las que trabajaba) La vida iba pasando muy rápidamente entre trabajo y papeleos. Pude comprobar y a día de hoy sigo comprobándolo que el Estado aquí no te deja tirado.

Al cumplir el año hice balance de todo lo que había conseguido:

Un trabajo fijo (con 14 pagas, 7h35 por día, 210 días al año), una casa (de alquiler, pero después de mi experiencia como propietaria…) y una calidad de vida con la que nunca hubiese soñado (por primera vez Paula y yo nos fuimos de vacaciones juntas).

El Estado me había estado apoyando en mis primeros pasos. Me concedieron el RSA (una ayuda que completa tu salario si no cobras el mínimo estipulado), el APL (una ayuda para pagar el alquiler), me concedieron la ayuda jurisdiccional para que por fin tuviera la guarda y custodia de mi hija (cosa que en España no pude hacer por su alto coste).

Cosas que aprendí de esta experiencia:

  • Todo lo material es remplazable , volvi a construir un hogar con todo lo que nos hace falta ( aunque seguimos teniendo mas de lo que necesitamos ) .- La importancia de los pequenyos detalles, no porque sea caro es mejor.
  • No intentes vivir por encima de tus posibilidades, posiblemente te saldra mal.
  • Hay un mundo mejor!!!! Y tu te lo mereces !!!

Vuelvo a España por lo menos 2 veces al año y cada vez que voy estoy mas contenta del gran paso que di, no tengo intenciones de volver todavía, no creo que lo haga hasta la jubilación.

la historia de Arantxa y Paula aparece en mi blog para visualizar esta otra emigración de la que no hablan los medios ni los partidos políticos españoles.

Si tú también quieres contar aquí tu historia deja aquí un comentario y te contactaré.

2 comentarios en “Las otras caras de la emigración: Arantxa y Paula

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