¿Que como llegué yo a Francia..?

Ya se oía que la crisis se había venido a vivir a España, mi marido trabajaba en una empresa aeronáutica con contrato fijo, y yo como teleoperadora para una empresa de seguros. No nos podíamos quejar y a mi hija no le faltaba de nada. ¡¡En 15 días nos despidieron a los 2¡¡. Ahí fue cuando empezó el periplo, mi marido encontró trabajo de lo suyo en otra empresa, pero eventual. Un día lo llaman de una gran empresa de paneles fotovoltaicos que iba a abrir en Cádiz, 208 puestos de trabajo fijo, y un futuro grandioso. Una vez dentro y viendo que todo iba sobre ruedas, decidimos tener a nuestra segunda hija; 2 días después de que nuestra pequeña naciera esta gran empresa presento un ERE temporal, debido a que el gobierno había retirado las ayudas a las renovables. Esta ley la comenzó Zapatero y la terminó de aprobar Rajoy, en este país no interesan que el sol nos alumbre.
A los 8 meses el ERE se convirtió en extintivo. Mi marido se volcó en la búsqueda de trabajo, volvió a visitar su antigua empresa pero fue tarea imposible, así que decidimos que había que salir del país, lo llamaron de Alemania, pero el trabajo no era lo que parecía. Y un buen día lo llaman para una entrevista de trabajo en Francia y se vino con el trabajo, ese mismo primer mes que se vino a Francia, mi hija mayor cumplía 11 años, a la pequeña le faltaban un par de meses para los 2 años, yo casi 40 y él 42. En ese tiempo nos habíamos comido los ahorros, le quedaban unos meses de paro, comíamos en casa de mi madre, y cada vez que a mi hija le hacía falta unos zapatos, llegaba el pago de un seguro….nos hacía polvo el mes.
Nos vinimos con una mezcla de alegría y tristeza, alegría de poder trabajar y sentirte útil y recobrar la dignidad y una tristeza que nos había abierto un hueco en el alma, dejar todo atrás, la familia, mi casa, todo lo que nos era familiar, nuestras costumbres de vivir en una ciudad andaluza y el miedo, de no saber si mi hija se adaptaría bien, el idioma.. y un sinfín de cosas que no sabría enumerar. No teníamos ni idea del francés y no entendíamos como a las 6 de la tarde no había un alma en la calle.
Aquí nos ha ido muy bien, en 2 años mi marido tiene un contrato fijo en una empresa de aeronáutica que actualmente está en expansión, yo trabajo en el comedor de la misma empresa y mis hijas se han adaptado rápido. Pero seguimos echando muchísimo de menos TODO, sobre todo a la familia. Ya no lloro todos los días, aunque si todas las semanas. Doy gracias por lo que tengo, pero se que no volveremos a Cádiz, al menos hasta que nos jubilemos. Ahora vamos por vacaciones y es increíble cómo se puede añorar tu tierra.
Tengo la desagradable sensación de que me han echado de mi país, de mi tierra, de mi gente, yo no quería irme. Veo un gobierno que no hace nada por la gente como nosotros, no nos va a dar la posibilidad de volver. Los jóvenes, salen, aprenden un idioma, llenan curriculum…
Pero ¿y nosotros?
la historia de Juanma y Aurora aparece en mi blog para visualizar esta otra emigración de la que no hablan los medios ni los partidos políticos españoles.
Si tú también quieres contar aquí tu historia deja aquí un comentario y te contactaré.